Mil azaleas adornan mis jardines,
me regalan su aroma en las mañanas;
hacen de mi vida mil festines
y escuchó el tañer de las campanas.
Esas flores alegran mis sentidos,
pues mis ojos se avivan de colores,
y en mis manos plenamente apercibidos
los delietes de contar con tus amores
Azaleas son mi vida y mi retozo
en ellas ya disfruto sus venturas
y tu nombre me otorga ese gozo,
bella canción en dulce partitura.
Azalea es también mi fantasía,
más que una flor, ahora es una musa,
que en todo esplendor y pleitesía
daría la vida en adoración profusa.
Tan sólo que lo digas y tu esclavo
seré por siempre, amada mía,
te prodiguen mis caricias el halago
y mis labios se embelecen cada día.
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